Lo confieso, lo que realmente me preocupa es 
el agujero en el cerebro de nuestros ministros. Ante un problema grave 
no aplican una imaginación innovadora, aplican recetas de manual. Y 
cuando el agujero se hace grande, se preguntan sorprendidos: ¿qué pasa? 
si estoy haciendo lo que dice el manual.

 
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